22/8/23

Geometría sagrada

 

Básicamente la gnosis comienza en la estructura del cubo. En consecuencia, la geometría sagrada de la red contiene los patrones de energía de la flor de la vida, la matriz cristalina de la creación. La flor de la vida es el código o matriz holográfica que el espíritu universal diseñó para poder crear y manifestar todo lo que existe en el universo. Este código es el patrón original a través del cual la vertiente divina crea, expande y desarrolla absolutamente toda manifestación de vida.


Todo lo que existe, todo lo que es, nació y nacerá a partir de esta matriz divina.
Este holograma representa una secuencia geométrica esférica (unidad), conformada por infinitas esferas que se contienen y se entrelazan unas con otras dando forma a la “flor de la vida”.


A su vez la flor de la vida está constituida por infinitos códigos de color, sonido y formas geométricas con los cuales se diseña y expresa cada átomo de vida.
Cada célula de nuestro ser contiene total información de la perfecta salud, por lo tanto en cada ser habita la memoria universal de la armonía y plenitud capaz de revertir y transmutar todo proceso de enfermedad envejecimiento y desbalance vibracional con la simple intención amorosa y de conexión al patrón original.


A pesar de que esta información parezca nueva y sorprendente es muy antigua. Los egipcios, Atlantes, Escenios, Mayas, conocían perfectamente este holograma y lo utilizaban para sanar y restaurar cualquier parte desarmonizada, empleando la intención, pensamiento, adecuada, restableciendo el orden, el rejuvenecimiento y la perfecta saluden sus cuerpos físicos y etéricos. Actualmente la aplicación de técnicas de sanación holográfica se ha desarrollado en todo el planeta de una forma conmovedora y continua en expansión. No es coincidencia que la memoria del poder de este símbolo sea devuelta al planeta en estos momentos. Entender la información es vital para cada uno de ustedes.


Es para ser visualizada en sus meditaciones y trabajada en todas las maneras que su guía interna les indique.
No puedo dejar de enfatizar la importancia de este símbolo
Están recordando los secretos una vez más.
Ustedes son la flor de la vida.
Viajando por estas matrices, contemplando desde el microcosmos al macrocosmos, hologramas, fractales, espirales.
Nos recuerda la frase de Hermes: así como es arriba, es abajo, para hacer el milagro de una sola cosa.

Las matrices utilizadas en Tibet y en otros lugares denominadas Mandalas, son denominados psicogramas, sus representaciones figurativas constituyen proyecciones de contenidos espirituales, cuya clave hay que conocer. Mediante elementos iconográficos empleando la imagen o instrumento se invita al pensamiento del que medita a encontrar el camino de su yo interior para realizarse en él. La invocación de la energía divina tiende a provocar con esa misma energía que la despertarse en el que medita. El mandala proporciona un medio para llegar a ese estado o quizá, ya que procede desde afuera hacia el centro, es el medio por excelencia. El mandala representa las fuerzas cósmicas actuando dentro un ámbito arquetípico, es una suerte de lenguaje celestial. Por este motivo es utilizado para fijar la observación y elevación del estado de conciencia, mediante representaciones visuales ligadas a experiencias interiores. Son un sistema de estructuras geométricas ensambladas que crean un conjunto de estímulos y representaciones de colores y formas que actúan en el observador como concentrador y generador de energía brindando inspiración. Los mandalas son un despertador hacia niveles de conciencia superior, puertas de conexión con el mas allá. Descubrir sus códigos es encontrar las llaves que nos reconectan con la luz superior que habita dentro, para comprender y experimentar que formamos parte de una conciencia superior. El mandala trabaja enviando estímulos sensoriales a la mente interna en forma similar a lo que hoy se conoce como subliminal. El mensaje pasa a través de la visión hacia los receptores del cerebro en donde se procesa y se obtiene una reacción, como cambios de actitud positiva, recuperación de autoestima, liberación de miedos, angustias, desbloquea emocionalmente y genera una gran cantidad de cambios internos. Esta posibilidad que da el mandala, parte de que su estructura de forma es correspondiente a la estructura de formas arquetípicas posibles que adquiere el universo en constante cambio y evolución.
Son las infinitas posibilidades que tiene el caleidoscopio del universo.


Los mandalas dan una sensación de traslado o viaje multidimensional, preparan a la mente para centrarla, expandirla, a nuevos conocimientos que parten de la sabiduría infinita universal.


En nuevos niveles de conciencia sobrevienen nuevos niveles de reflexión y energía.
No por mucho observar el mandala se tendrán mayores efectos.
Una vez que nuestra mente capta el estímulo visual se llevan a cabo los procesos de cambio.

Volviendo a las siete formas principales que comentamos al principio vamos a desarrollar la geometría del círculo representante de la forma de Dios, la unidad y la totalidad. El círculo integra aquellas formas diferentes entre sí para interrelacionarlas en la unidad. El centro verdadero del círculo es un punto, pero el punto carece de dimensión y de lugar por lo tanto escapa a nuestra percepción y capacidad de manifestación. No pertenece a nuestro mundo, porque en nuestro mundo todo tiene extensión, dimensión, porque el mundo es forma, pero el punto pertenece a otra escala del ser. Existe más allá del mundo, Es metafísico en el sentido más literal. El punto simboliza la unidad, la totalidad, la perfección. El punto lo contiene todo, sólo que en potencia, no manifestado. De él nacen el círculo y la esfera que son las formas en las cuales se revela el punto. Lo que en este es todavía potencia metafísica cobra configuración formal en el círculo y la esfera

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Todos los cuerpo Platónicos son distintos y en realidad constituyen la unidad (la esfera).Uniendo los vértices internos de un icosaedro, trazando 3 líneas a partir de cada uno de ellos con sus lados opuestos y luego desde los dos vértices superiores trazamos cuatro líneas hacia los opuestos y hacemos converger líneas en el centro formaremos las aristas de dodecaedro. Es una generación que se da por sí misma mediante el cruce de los radios internos del icosaedro. Del dodecaedro uniendo simplemente seis de sus puntas y el centro formar un cubo. Utilizando las diagonales del cubo formamos el tetraedro estrellado con el cubo nos dan los puntos exactos para formar un octaedro inscripto en él. Luego, en el interior de octaedro volviendo a utilizar las líneas formadas por los radios internos del icosaedro, junto con los puntos del octaedro, aparece un segundo icosaedro. Hemos recorrido el ciclo completo pasando por cinco etapas de semilla a semilla. Se trata, pues, de una progresión infinita. Con esta geometría en el dibujo de 13 esferas de la flor de la vida logramos lo que se conoce como el cubo de Metatron, que contiene en sí el germen invisible de toda realidad tangible. En su interior existe condensada toda la información del universo. Cada una de las 13 esferas describe pormenorizadamente cada aspecto de nuestra realidad, todo cuanto podemos pensar, ver, sentir, hasta llegar a la estructura atómica actual. La geometría sagrada nos hace comprender la unidad de la vida y encontrar el origen común de sucesos diversos entre sí


Para llegar a la unidad tenemos que encontrar la integración.


Siempre hemos visto la dualidad como algo normal (blanco, negro, bueno, malo, etc.), y por tal motivo no podemos integrar la parte femenina de nuestro cerebro (lado derecho), donde se encuentra la unidad de la conciencia y el espíritu.
A la par nuestra parte masculina (lado izquierdo), no cree en ello, así nos hace ver la dualidad en todas partes.


La base para la integración de los hemisferios cerebrales está en la geometría sagrada, ya que nuestro cerebro izquierdo parte masculina, no cree que existe un espíritu único y que solamente él es el que mueve o dirige todas las cosas.
Cuando logramos convencer a esta parte del cerebro, se produce la integración y se inicia el proceso en el que iremos de la polaridad a la unidad de conciencia.


Al lograr la unidad de conciencia, que estaría representada por la esfera, comenzaríamos a vivir la cuarta dimensión (tiempo-esfera).La cuarta dimensión está matemáticamente constituida como una matriz radial. Una matriz radial es un orden autoexistente de relaciones numéricas y armónicas, cuyas unidades y proporciones son generados radialmente y de los cuales, en parte y en suma, todas las unidades poseen una relación radial entre sí. Todos los matemáticos tetradimensionales son radiales. Todas las matrices radiales son series de números enteros. No hay números irracionales o quebrados, sino simples series de fractales y relaciones, cuyo poder de magnificación exponencial es infinito. A la totalidad de series radiales de órdenes diametralmente opuestos y las series de números de los cuales están compuestos nos referimos como una matriz, el orden autogenerado subyacente del tiempo como la cuarta dimensión. Es por eso que el tiempo(cuarta dimensión), no puede concebirse correctamente como lineal, como tampoco puede decirse que tenga un punto de partida ni un punto final. En estos momentos la red conciencia icosadodecaedrica está produciendo el colapso del tiempo lineal de la tercera. Simultáneamente están fusionando la nueva dimensión, la cuarta con la tercera. Por eso adviertes que algunos momentos del día son un poco extraños


Esta red geométrica es muy notoria en nuestro cuerpo.
Puede ser que sientas síntomas que no tienen relación con una dolencia orgánica.
Las señales van desde mareos, intensas ganas de dormir, o por el contrario ningún deseo de hacerlo, dolores de cabeza que duran corto tiempo, etc.
Podemos decir que la cuarta dimensión ya es un nuevo planeta que está sobre la tierra de tercera dimensión.
Sin embargo la disposición molecular es otra, por lo cual es invisible a nuestro mundo material.


Algunos datos de conciencia de cuarta dimensión:
Los polos se reúnen casi hasta desaparecer.
No necesitamos del conflicto para crecer.
El amor y la luz comienzan a brillar cada vez más.
La primera consecuencia es la eliminación total del temor psicológico.
El pensamiento es creativo.
Crea instantáneamente lo que necesita en ese momento.
Perdemos casi toda densidad que nos acompaño en la dimensión actual.
La conciencia de cuarta dimensión es grupal.
El avance individual afecta positivamente al grupo.
En antropología a esta conciencia se la llama sinergia.
De la misma forma el avance del grupo es el avance individual.
La esfera, el tiempo, es unidad.


Volviendo a los geómetras nos queda el desarrollo de la espiral: otra de las formas de lenguaje de la luz.


Todos los cuerpos geométricos señalados anteriormente se complementan con la espiral.
La espiral es la figura geométrica que genera el corazón cuando ama.
Hoy por lo menos se generan dos espirales. Una que apunta hacia abajo, que es la receptiva y otra la proyectiva que apunta hacia arriba.
La espiral femenina nos permite recibir información del cosmos.
La masculina proyecta nuestra energía para abarcar toda la vida allí donde se encuentre.
La espiral une todos los cuerpos geométricos y los hace viajar en el espacio.
Por lo tanto cada sólido Platónico es una nave de conciencia.
Existen 2 espirales: la Aurea y la Fibonacci.
La Aurea es una espiral cósmica, como nuestra galaxia.
La espiral áurea no tiene principio ni fin, la de Fibonacci comienza en punto determinado, es decir en nuestro corazón, y se une en el espacio con la áurea.

De esta manera, el amor es la inteligencia que conecta con la gran sabiduría del universo.
También nuestro cuerpo sigue el desarrollo de la Fibonacci.
Los mantras (cantos), tienen interiormente la estructura de la espiral.
Por eso se necesita repetirlos, ya que con la repetición se va formando la espiral en el espacio.
La espiral Fibonacci es utilizada por toda la naturaleza para crecer: girasoles, caracoles, piñas de árboles, etc.
Otro ejemplo de la espiral Fibonacci lo representa la ubicación en el espacio de las pirámides de Gizeh.
La espiral es la llave de acceso a lo que está en tu interior.
Tu ADN tiene forma de espiral.

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Formas y sus significados

Formas y sus significados

Los mandalas no son simples dibujos de colores. Todos los elementos que en ellos se integran tienen un significado. Conoce algunos de los más utilizados:


Círculo: movimiento. Lo absoluto. El verdadero yo.

Corazón: sol. Amor. Felicidad. Alegría. Sentimiento de unión.

Cruz: unión del cielo y la tierra. Vida y muerte. Lo consciente y lo inconsciente.

Cuadrado: procesos de la naturaleza. Estabilidad. Equilibrio.

Estrella: símbolo de lo espiritual. Libertad. Elevación.

Espiral: vitalidad. Energías curativas. Búsqueda constante de la totalidad.

Hexágono: unión de los contrarios.

Laberinto: implica la búsqueda del propio centro.

Mariposa: autorenovación del alma. Transformación y muerte.

Pentágono: silueta del cuerpo humano. Tierra, agua, fuego.

Rectángulo: estabilidad. Rendimiento del intelecto. La vida terrenal.

Triángulo: agua, inconsciente (hacia abajo); vitalidad, transformación (hacia arriba); agresión hacia uno mismo (hacia el centro)

El mandala, imagen artística y espiritual

 

El mandala, imagen artística y espiritual

Los mandalas se encuentran entre los más conocidos iconos budistas del mundo y constituyen tesoros artísticos de esa centenaria tradición. Son, simultáneamente, ejemplo de expresión artística y medio de espiritualidad de la comunidad budista. El estilo y significado específico de cada mandala se explica según la época y la comunidad que lo realiza. Pero todos tienen algo en común: muestran un orden circular con un centro definido. Como iconos sagrados del budismo, pretenden recordar al espectador de la santidad del Universo y del potencial espiritual del ser humano.

Mandala es una palabra proveniente del sánscrito que define cualquier círculo u objeto con forma discoide, como el Sol o la Luna. En el discurso religioso de la India, el término mandala se refiere a un área espiritual o sagrada, a un círculo, a un diagrama concéntrico o a un grupo de objetos —formas divinas y humanas, terrenales o cósmicas, ideas y símbolos— organizados en un patrón reunido alrededor de un punto central.

En el mundo tibetano, los mandalas se usan para decorar y santificar templos y hogares; en ritos de iniciación para monjes y gobernantes; y como el foco de visualización del clero y de adoración por los feligreses, así como para fines funerarios, acompañando al cuerpo del difunto durante la cremación.

Los mandalas pueden presentarse en una variedad de materiales a través de diversas técnicas artísticas. Pueden elaborarse con piedras semipreciosas trituradas, pétalos de flores, arroz, piedra pulverizada (mármol, etcétera), papel, textil, hilo, mantequilla y arena pintada. La tradición establece las formas, tamaños y colores de este arte. Los más conocidos por el mundo occidental son los mandalas coloridas del Tibet y los mandalas de arena, elaboradas por monjes tibetanos. La construcción de un mandala de este tipo lleva varios días y una vez terminada se destruye, para demostrar la impermanencia de la vida.

Como el budismo viajó de la India a otras partes de Asia, la tradición de mandalas también llegó a Asia central, China, Corea, Japón y el sudeste asiático, hasta Indonesia. Pero el arte de los mandalas floreció especialmente en la rica atmósfera espiritual del Tibet. De ahí que la mayor cantidad y variedad de mandalas los encontremos en la tradición religiosa tibetana.

El sofisticado arte de los mandalas

La arquitectura divina que muestran los mandalas tiene relación directa con la arquitectura terrenal de la tradición budista. En la antigua India los edificios religiosos están estructurados como hogares terrenales para deidades y como bases desde las cuales pueden generar entendimiento espiritual para guiar y enseñar a otros. Versiones en miniatura de templos, stupas y otros edificios funcionan como recordatorio de los lugares sagrados y como símbolos de la presencia de lo divino y la luz espiritual en el mundo de los humanos.

Las imágenes de los mandalas muestran mansiones divinas que contienen deidades (budas), rodeadas por jardines, montañas, lagos, árboles, y seres divinos, legendarios o históricos. Las fronteras de este universo están selladas contra toda influencia negativa por anillos de fuego. Estos mandalas de arquitecturas palaciegas generalmente consisten de un círculo interno que contiene a la (o las) deidad(es) principal(es), contenida(s) en un palacio cuadrado de varios niveles, con aperturas a los cuatro puntos cardinales. El palacio se sitúa en un círculo y fuera de éste pueden encontrarse figuras adicionales. Todas las deidades budistas están reunidas en clanes encabezados por cinco budas. Cada clan ejemplifica un tipo de sabiduría y está asociado con un cierto tipo de personalidad, con un ritual específico, con un color y se le asocia a uno de los cuatro puntos cardinales o el cenit . Cada objeto del palacio tiene un significado, representa algún aspecto de la sabiduría o recuerda al que medita de un principio que lo guía. Cada tipo de mandala enseña una lección distinta.

Cada figura en un mandala tiene varios propósitos: funcionan como una deidad específica, como una manifestación del poder de una deidad central, como un foco de visualización y meditación o como la expresión plástica del camino de progreso espiritual. Cada una juega varios papeles distintos durante los ritos y visualizaciones que presume un diálogo entre la deidad que se encuentra en el corazón del mandala (y en sus componentes) y el practicante que se mueve, metafóricamente, desde fuera del mandala hacia su centro. En este viaje, encuentra que cada partícula del mandala forma parte de un todo, como sucede con el Universo.

La complicada imaginería de los mandalas se explica en textos antiguos (como el Sadhanamala o el Nispannayogavali ), que contienen capítulos enteros dedicados a detallar distintos tipos de mandalas y su simbolismo. También describen los beneficios mundanos y espirituales que se obtienen al crear, mirar, rezar o meditar con un mandala.

Mandala, espacio sagrado

Mandala es un sinónimo de espacio sagrado. La relación estrecha entre espacio y sacralidad que caracteriza a los mandalas existe en todas las culturas de la historia de la humanidad: puede referirse a una cueva, montaña, gruta o isla o bien a un templo. La peculiaridad de los mandalas es que pertenecen a la tradición cultural del budismo y que tanto sus diseños como la filosofía que las sustenta implican un patrón circular.

En el uso budista, el mandala representa pictóricamente el modelo de un universo perfecto. Para esa tradición de pensamiento, es un símbolo de la iluminación conseguida a través la liberación última y la armonía suprema, pero también a través de una individualidad completamente integrada con su propio ambiente natural y social.

Mandala y meditación

En términos religiosos, el mandala representa el área sagrada dentro de la que pueden surgir experiencias espirituales. La experiencia de realizar un viaje espiritual en un lugar sagrado forma parte de una de las principales concepciones religiosas del budismo. Así el mandala es un símbolo de crecimiento espiritual cuyo punto central es la mente. La relación que se establece a través de la contemplación de la geometría del mandala incita a un estado de meditación que ayuda a explorar los rincones de la psique. Las mandales se describen como diagramas del cosmos en un sentido externo y en un sentido interno como guías hacia prácticas de meditación.

En los escritos sagrados del Tibet se dice que durante la meditación uno debe contemplarse a sí mismo y a todas las cosas como un mandala sagrado. La persona que está meditando tiene que situarse en el centro del mandala pensando que es como el buda y que se relaciona integralmente con el intrincado diseño del Universo. Se puede ver a estas imágenes como un diagrama cósmico que nos recuerda nuestra relación con el infinito, que el mundo se extiende más allá de nuestros cuerpos y mentes. Las cuatro puertas que rodean el mandala significan la habilidad de la espiritualidad para desplegarse desde el sitio sagrado hacia otros tiempos y espacios. Los mandalas simbolizan realidades materiales e inmateriales en todos los aspectos de la vida: los círculos celestiales que llamamos Tierra, Sol y Luna, así como círculos de amigos, familia y comunidad.

 

 

Fuentes:

 

 

CROMOTERAPIA

 

CROMOTERAPIA

 La Cromoterapia es una terapia alternativa energética que a través de la utilización de los colores correspondientes, permite armonizar nuestro cuerpo-alma-espíritu.

Partiendo de la base que somos energía vibrando de una determinada velocidad, podemos permitirnos hablar de la cromoterapia como método de curación.
Los colores también son vibraciones, nuestra retina está formada por conos y bastones: son los que "decodifican" las vibraciones de los colores y nos permite decir si es rojo, azul, verde, etc.
Vibran a una determinada frecuencia y con una longitud de onda. Por ejemplo para citar algunos: la longitud de onda del color rojo es de 780 nm (nanómetros = milmillonésima parte de un metro) siendo su frecuencia (cantidad de veces que un fenómeno se reproduce durante un segundo) muy elevada, por lo tanto la vibración es muy rápida.
La vibraciones de los colores van desde el 400 (para el azul) hasta 780 (rojo intenso). Los efectos de las vibraciones se demuestran con animales y plantas que reaccionan a los estímulos de los colores. En el caso de las plantas por ejemplo, se acelera o relentiza el crecimiento de granos de trigo, florecimiento precoz, mayor número de frutos, etc.
Los orígenes de estas terapias se observan desde Persia donde se practicaba el "culto a la luz", en Egipto, en China, India y el Tíbet, como así también en la América Precolombina. En Egipto los sacerdotes curaban con la ayuda de piedras que las utilizaban como lentes que filtraban la luz solar.
Prácticamente todas las civilizaciones han recurrido desde siempre a los colores tanto en sus rituales como a la hora de trabajar su medio-ambiente, como los trajes de los sacerdotes, las catedrales (por la vibraciones de colores que transmiten, desligan a los creyentes de sus preocupaciones cotidianas para conducirlos a pensamientos más elevados).

Los chakras: Aura, colores en el alma
Los chakras son los centros concentradores de energía desde los cuales ésta es absorbida y distribuida en todo el organismo.
Existen 7 chakras principales, ellos son: Chakra Sexual o Básico, Umbilical, Plexo Solar, Corazón, Laringe, Tercer Ojo o Frontal y Coronario. También tenemos en nuestro cuerpo chakras secundarios.
El aura, el campo energético, electromagnético que rodea al organismo, es generando por cada uno de los chakras. Por lo cual los campos son 7. El primero de ellos se llama campo etérico o primer capa, las siguientes se denominan 2º capa, 3º, 4º, 5º, 6º y 7º. Así como cada Chakra tiene un color determinado, el aura está formado por los mismos colores, considerando que solamente el 80% del color del Chakra va a la capa correspondiente, el 20% restante se distribuye en las otras 6.

Colores en el aura
El color Rojo está asociado a la fuerza, al vigor y la energía y es generado por el chakra base o sexual, la presencia de éste indica un fuerte temperamento y cierta agitación nerviosa. El rojo claro se refiere a una persona activa y rápida en la acción. El escarlata demuestra egoísmo. El rosa claro indica inmadurez.
El color Naranja es vital, ya que es el color del sol. Indica una persona con consideración hacia los demás, alguien con absoluto control de si mismo, en tonalidades más oscuras puede denotar falta de ambición.
El Amarillo representa bienestar y salud. Las personas en las que predomina este color tienen mucha espiritualidad, son confiados y aprenden todo fácilmente. Son alegres, caritativos y amistosos. Si el tono es oscuro, puede representar a alguien indeciso con mucho complejos de inferioridad.
El Verde significa la ayuda, la fuerza serena y la amistad. Es el color de la curación. Con tonalidades de azul, nos muestra ayuda y confianza, si se inclina hacia el amarillo es un signo de debilidad.
El Azul es el símbolo de la contemplación y el cielo. Una persona con mucho azul en su aura es animoso y original. Tiene conciencia de su misión y por lo general se dedica a ella. Además se siente muy a gusto con lo que hace y se entrega por completo.
El Violeta nos muestra una persona muy investigadora, que se inclina por la religión. Si el color es profundo las convicciones son fuertes, pero su carácter autoritario.
El Blanco es el color perfecto, hacia el cual tendemos todos. Si estuviéramos en armonía sería el color de nuestro aura, ya que los 7 rayos juntos forman físicamente el blanco.

Métodos de tratamientos
Como tratamiento se utilizan varios métodos, todo depende del terapeuta, con cuál de ellos se sienta más cómodo y a gusto.
En la cromoterapia tradicional se utiliza la proyección de luz de color. Ésta se proyecta sobre el cuerpo lo más cerca posible del paciente. El tiempo de exposición no es estricto, por lo cual el organismo los utiliza en función de sus necesidades y posibilidades. Para realizar la aplicación basta con una lámpara del color correspondiente o en su defecto una luz blanca ante la cual se interponen filtros de color.
Otro método es el Agua. Se utiliza en tratamientos internos. Para ella es necesario poner cierta cantidad de agua en un recipiente y exponerla a la luz del color que se determine un lapso no menor de 8 horas.
El Aire es utilizado en ejercicios de respiración cromática, cuando existe una patología respiratoria.
Las visualizaciones de color tienen el mismo efecto que las proyecciones de "colores físicos".
Consiste en visualizar un color y transmitirlo al paciente en el lugar del organismo con problemas. El ejercicio a algunas personas quizás les resulte más difícil, es sólo cuestión de comenzar a memorizar los colores. Para ello puede practicarse con un papel de color, mirándolo fijamente un lapso determinado de tiempo y luego cerrar los ojos y recordarlo exactamente cómo es.

Efectos de Colores
Podemos dividirlos en colores: COLORES CÁLIDOS Y COLORES FRÍOS. Los cálidos tienen un efecto estimulante sobre el organismo. Las patologías vinculadas a estos colores son las que llevan al organismo a reaccionar con intensidad y son de carácter principalmente inflamatorio.

ROJO
Este color está relacionado con las inflamaciones. El objetivo de la inflamación es impedir que el cuerpo extraño invada el organismo, sanar la región afectada y favorecer la recuperación del tejido dañado.
Este color puede utilizarse en cualquier problema sensorial. Pero su mayor efectividad la encontramos en un proceso inflamatorio, como así también ante la quemadura con rayos X o ultravioletas.
También en un estimulante hepático. Es muy eficaz en caso de anemia.

NARANJA
Este color regenera el pulmón, estimula el aparato respiratorio, con lo cual cualquier afección de este tipo puede ser tratada con naranja.
Además estimula la glándula tiroides, con lo cual actúa sobre todas las patologías de ésta. Construye el tejido óseo y sales orgánicas. Se usa en casos de fracturas u osteoporosis. Calma los calambres y espasmos musculares. Estimula las glándulas mamarias (en la producción de leche).
Es muy aconsejable también en casos de estreñimiento.

AMARILLO
Es un color muy importante para el sistema nervioso. Es especial en casos de parálisis. Además estimula el sistema linfático. Este color actúa sobre el aparato digestivo si se lo aplica en la zona correspondiente.

VERDE
Es el color del equilibrio de los planos mental y físico. Regula todo los ritmos: cardíaco, respiratorio, etc.
Estimula la hipófisis, o sea que mantiene correctamente todo el sistema endocrino. Trabaja sobre la función muscular, constructivamente sobre sus células. Se lo considera el gran "antibiótico" en la cromoterapia, ya que su efecto es germicida, desinfectante, antiséptico y bactericida.

Los COLORES FRÍOS permiten mantener en el cuerpo un estado de tranquilidad relativa. Las patologías relacionadas con estos colores son las que provocan a largo plazo problemas tumorales. Asimismo su efecto es sedante.

ÍNDIGO
Es un regenerador de la glándula paratiroides. Es un debilitador respiratorio, hace lenta la respiración. Es constructivo y astringente. Disminuye la secreción de llagas y de la mucosa intestinal. Disminuye el estado febril e inhibe la secreción mamaria. Estimula el sistema inmunológico. Es un poderoso sedante, que permite funcionar como anestesia.

AZUL
El azul es estimulante del bazo. Ejerce una fuerte acción bactericida. Provoca una desaceleración del corazón, disminución de la actividad muscular, inducción al sueño, disminución de la actividad del sistema nervioso.

VIOLETA
Favorece la relajación y el sueño. Disminuye la presión sanguínea, y también controla y regula la fiebre.


Autora: Alicia Elen Méndez
Revista Crecimiento Interior Nº 41, Año 5, Marzo de 1998

E-mail: crecimiento@sinectis.com.ar

 


Conceptos iniciales

 

MANDALAS

Conceptos iniciales

El mandala - círculo mágico en sánscrito - constituye un símbolo de la totalidad e integración y ha sido usado desde tiempos antiquísimos hasta nuestros días por las tradiciones espirituales de todo el mundo.

Caminar, danzar, contemplar, dibujar y pintar mandalas puede ayudar a curar la sensación de fragmentación psíquica y espiritual, a manifestar la creatividad y a reconectarnos con nuestro Ser esencial.

En nuestra sociedad occidental, rara vez pensamos en “redondo” o en totalidades (holísticamente).

Tendemos a pensar de una forma lineal, yendo “del punto A al punto B”.

Los mandalas son expresiones de nuestra necesidad innata de totalidad y unidad. En épocas de enfermedad, crisis personales, depresión, divorcio, etc., tendemos a perder nuestro mecanismo de dirección interior cuando, de hecho, lo que necesitamos es que el descanso, la tranquilidad y la reflexión regresen a nuestras vidas.

 

El mandala como reflejo de la vida interior

 El mandala representa el proceso de asimilar elementos importantes en la vida que a menudo siguen siendo inconscientes, aunque estén prácticamente en la superficie de la conciencia. En realidad, el mandala es una expresión del microcosmos que se representa dentro de la persona y se revela en las formas, los símbolos y los colores presentes, y en su contexto combinado. El mandala funciona como un punto focal, como una lente que está enfocada en el interior y que refleja cualquier cosa que se esté representando en la psique en un momento dado. Cuando esto ocurre, el mandala es un reflejo del alma.

Por lo tanto, el proceso de asimilar y transformar imágenes inconscientes se expresa en símbolos que aparecen durante el desarrollo del mandala. Cuando estamos haciendo uno, es bueno tener en cuenta que, una vez que este proceso se ha iniciado, en ocasiones es difícil detenerlo. Pero tampoco sería inteligente hacerlo, porque a menudo este proceso marcará también el comienzo de una nueva etapa en la vida, una época durante la cual se pueden experimentar, manejar y posiblemente resolver conscientemente cosas que están ocultas en lo más profundo del inconsciente. Podemos reconocer pautas básicas y temas recurrentes como un hilo que pasa por la vida de todo el mundo y que nos une. Así pues, al hacer mandalas o contemplarlos, experimentamos imágenes que pueden ayudarnos a ser una totalidad, imágenes que evocan los poderes de transformación. Estos poderes pueden iniciar un proceso de toma de conciencia, de modo que es posible que nuestra vida dé un giro completamente distinto.

El simbolismo de los diseños y los colores en un mandala no tiene que ser inmediatamente visible y consciente. En una etapa posterior puede hacerse repentinamente evidente lo que significan en ese contexto un determinado símbolo y una forma o un color particulares.

Mientras uno trabaja en un mandala, afloran todo tipo de sentimientos: paz interior, contento, amor o alegría; sin embargo también pueden aparecer el enfado, el miedo, el odio o la ira. Cuando uno se permite tener estos sentimientos y emociones, entonces puede experimentarlos conscientemente para tener la oportunidad de procesarlos o transformarlos. Ése es el efecto totalizador de un mandala. Para crear una conciencia abierta e intuitiva mientras uno está haciéndolo, es importante alcanzar un estado de ánimo meditativo y reflexivo. Puedes facilitar esto asegurándote que no haya interrupciones y de que tu respiración sea regular. Una música agradable de fondo, encender velas o incienso, o vaporizar aceites esenciales también contribuirá a crear la atmósfera adecuada.

 

El círculo: reflejo del orden natural

Encontramos mandalas a cada paso. Cada uno de nosotros los ve diariamente, sólo que muchos no sabemos que se trata de uno de los símbolos que nos ha sido dado como un arquetipo que nos influye.

 

Observemos la naturaleza y nuestro entorno:

  • En un lago un pez salta del agua: allí donde se sumerge de nuevo se forman círculos que van aumentando su tamaño.
  • Las margaritas llevan una corona blanca de destellos alrededor de un centro amarillo.
  • Un nido de pájaros redondo sobre una rama
  • Una telaraña en donde brillan gotas de rocío
  • El sol, la luna y las estrellas emiten sus rayos desde el cielo mientras se mueven en círculo
  • Un grupo de niños juegan saltando a la soga o haciendo rondas
  • Un copo de nieve observado con una lupa contiene un circulo concéntrico que es el carácter simbólico y eterno de un mandala
  • Las células humanas tienen la forma de un circulo

 

Cada una de estas formas que nos da la naturaleza rodea un centro ordenadamente. Desde este se reparten o dispersan otras formas y líneas hasta el borde del círculo. Los mandalas reflejan de una manera misteriosa el orden de la naturaleza o, desde un punto de vista religioso, la creación.

La forma del mandala representa también lo inexplicable, ya que la imagen expresa lo que está más allá de nuestra capacidad de de percepción.

Los mandalas no sólo contienen nuestros sueños, también nos abren la posibilidad de una comprensión más profunda de las cosas.

Los Mandalas y su utilización terapéutica

A menudo estamos nerviosos, padecemos dolor de cabeza y tensiones, estamos deprimidos y reaccionamos de forma agresiva sin ningún motivo. Estos son signos de alarma que el alma exterioriza y significan que el individuo está desbordado, que debería descansar y buscar algún medio de relajación.

Los afectados no son sólo los adultos, sino que cada vez hay más niños nerviosos y con problemas de falta de concentración, o que sufren trastornos del comportamiento y desarrollo causados por su estado anímico. Estos síntomas son el signo de que el ser humano ha perdido su unidad interior.


En busca de nuestro Yo perdido

Existen varias posibilidades de devolver a nuestra alma la armonía, de reencontrar la unidad desde este desmembramiento. Sin embargo, y de manera creativa, podemos hacer algo por nosotros mismos pintando mandalas y recuperar así la salud paso a paso. Estas imágenes circulares están almacenadas en el inconsciente de cada uno de nosotros. Vuelven a reunir las fuerzas dispersas de la mente y el alma. Los mandalas ya se encontraban en las antiguas civilizaciones y también en los llamados pueblos primitivos. Estos, intuitivamente, sabían calmar su mente y su alma con la ayuda de imágenes circulares, como un camino para acercarse de nuevo a la propia naturaleza.

 

La meditación con los mandalas. El descubrimiento del mundo interior.

Entre las técnicas de la psicoterapia encontramos la meditación con los mandalas como un ejercicio de relajación metódico. Carl Gustav Jung estudió exhaustivamente el efecto curativo de las imágenes circulares en el alma. Confirmó que pintar mandalas ofrece tranquilidad y sosiego tanto a los psíquicamente sanos como a los enfermos. El trabajo con mandalas da un resultado especialmente positivo en niños inquietos, nerviosos y difíciles, ya que en ellos la barrera de complejos que obstaculiza  el pintar es menor que en los adultos. Las personas a las que les agrada dibujar y crear nuevas formas, experimentarán una profunda satisfacción cuando estén pintando mandalas y con ello descubrirán un mundo muy especial, así como todas las facetas de su interior y sus posibilidades de desarrollo.

 

Elementos básicos estructurales

 

Círculo: símbolo del cosmos, la eternidad y totalidad.

Cuadrado: representa la Tierra y el mundo construido por el hombre.

 

El mandala empieza y finaliza en un centro (bindu)

Desde este centro salen todas las formas que podemos ver en el mandala como rayos o círculos alrededor de este centro

El punto central está rodeado por un circulo

En un mandala todas las formas geométricas como cuadrados, círculos o líneas están conectadas entre sí.
 

Hay una rica variedad de mandalas que difieren en su construcción y diseño. Los mandalas más frecuentes son:

 

Un círculo con un centro y una simetría cuádruple, con formas abstractas o figurativas.

Un círculo con un centro sin simetría, con formas abstractas o figurativas.

Un círculo con un centro y una simetría doble, triple, quíntuple, séxtuple o múltiple.

Un círculo sin un centro, con formas abstractas o figurativas que parecen ser interdependientes las unas de las otras.

Otras formas como cuadrados, hexágonos u octógonos, con o sin simetría y con formas abstractas o figurativas.

 

¿Cuál es la diferencia esencial entre un mandala puro (un círculo con un centro y una simetría cuádruple) y una imagen de una “casa con árbol y perro” dentro de un círculo?

 

Un mandala se diferencia de otros dibujos o creaciones intuitivas porque se realiza dentro de un círculo para que la energía no se pueda perder. Hay un centro, símbolo del “Yo Superior” o de la “Chispa Cósmica” del que lo hace, o “ventana” a otro mundo trascendente de imaginación o intuición. Hay una división característica de cuatro partes dentro del círculo que simbolizan los cuatro puntos cardinales, los cuatro elementos o las cuatro estaciones (todas ellas simbolizan también las cuatro funciones psíquicas) de tal manera que el contenido simbólico de la representación se revela cuatro veces. Debido al punto central y a las imágenes agrupadas en torno a él, que se repiten cuatro veces, se crea una profundidad y un movimiento dinámico dentro del mandala que lo hacen agradable a la contemplación emanando un efecto sanador.

 

La resistencia y las emociones

 Algunos colores y algunas formas aparecen con mucha facilidad y espontáneamente, mientras que otros, a pesar de haber sido elegidos intuitivamente, pueden provocar resistencia. En un momento determinado, puede surgir una aversión hacia todo el mandala. El sentimiento de desagrado puede llegar a ser tan fuerte que despierte la necesidad de destruirlo, arrojarlo a la basura, tacharlo o pintar encima de él, lo cual no debería perturbarte, ya que simplemente forma parte del proceso. Esto significa que están saliendo a la superficie emociones o elementos oscuros que necesitan ser atendidos y procesados. Precisamente por este motivo es importante continuar, completar el mandala. Continúa con el proceso interior y, si es necesario, habla de él con otras personas. De este modo es probable que se aclare lo que está ocurriendo.

 

Mientras uno hace un mandala, es importante permanecer en el aquí y el ahora. En ocasiones, los pensamientos van a la deriva e, inadvertidamente, te viene a la mente otra forma u otro color. Entonces es importante que centres tu atención y sigas adelante, concentrándote en tu trabajo. Existe una razón por la cual eliges un color y una forma en un momento dado. Lo que ocurra luego todavía no importa.

 

Si cometes un “error”, esto también cuestiona el estado de tu atención. ¿Tus pensamientos estaban en todas partes y en ninguna, o estaba teniendo lugar una discusión interior? De cualquier modo, ¿se trata realmente de un error? ¿O es una pequeña señal que te envía el inconsciente para que despiertes y te enfrentes a un hecho en particular? Evidentemente, por alguna razón, cometiste un error. ¿Y ahora qué? Cuando el mandala esté terminado, un pequeño error como ese podría acabar encajando a la perfección en el conjunto y el efecto no tiene por qué ser perturbador. Por otro lado, no está escrito sobre piedra que tengas que ver ese error eternamente. También puedes adaptarlo, lo cual, en un mandala, significa borrarlo, deshacerlo, pintar encima de él o darle un giro original y creativo.

 

Esta técnica de trabajo no tiene como objetivo producir unas obras de arte bonitas, sino permitir que aparezcan formas y colores intuitivamente. Con este método, el proceso es más importante que el resultado, así que el mandala tampoco puede juzgarse por su valor artístico. Lo principal es la realización, el puro hecho de estar ocupado haciéndolo y de ser capaz de acceder a fuentes creativas desconocidas.

En Psicología Analítica, la importancia del mandala está determinada por ser una unidad de ordenamiento que surge de nuestras profundidades arquetípicas inconcientes y por lo tanto curativas, que corresponde a nuestro sanador interior.

 

Síntesis:

 

Los mandalas representan un mundo entero, Dios, el ser humano, la vida y la creación.

Tienen la forma perfecta: el círculo.

Esta forma circular es un símbolo llamado arquetipo, es decir, una imagen ancestral que está arraigada en el inconsciente colectivo de todos nosotros, la humanidad, y que rige el orden interior de la naturaleza.

 

Para Carl Jung:

 

El mandala representa la totalidad de la mente, la conciencia y el inconsciente.

La composición armónica alrededor de un punto central significa la grandeza global, tal y como puede serlo el Yo inconsciente del ser humano (Self).

El Self es el orden más elevado dentro de nosotros, regala vida al alma y la conserva, activa el desarrollo del ser humano y lo hace un individuo diferente de los demás.

El mandala reúne las fuerzas espirituales y las acumula en el Self.

Equilibra las contradicciones y actúa como mediador entre ellas.

 

 Huyser, Anneke. “El libro de trabajo de los Mandalas”. Ed. Obelisco

13/3/16

Cultrún Mapuche

Imagen del Meli Witran Mapu pintado generalmente sobre el cultrún. El cultrún es un tambor ceremonial, el instrumento musical más importante de la cultura mapuche, utilizado por el/la machi (chamán, curandero/a, hechicero/a) para los rituales religiosos y culturales, así como durante la rogativa del Ngillatun (rito anual de fertilidad).



7/11/15

CLASES REGULARES

Estimados, 
les cuento que las clases regulares de Arte Terapia y Mandalas son los días lunes de 18 a 20 hs. en Ramos Mejía.
No se requieren conocimientos previos y están dirigidas a el público en general.

Las mismas abordan los conceptos teóricos que se acompañan con ejercicios prácticos.
Son personalizadas, en tanto que elaboro una propuesta acorde a las necesidades e inquietudes particulares de cada persona.

Abajo de la firma encontrarán todos los links o enlaces de acceso directo a los diferentes blogs y redes sociales donde encontrarán más información tanto de ambas disciplinas como de mi trabajo.


Espero les entusiasme comenzar. 
Agradezco mucho la difusión y sobre todo valoro el tiempo que han dedicado a interesarse por este mensaje. 
Cualquier duda, espero su consulta !
Que tengan una muy buena semana. 
Saludos !!!

Verònica D'Agostino


PÁGINA WEB:

ENTREVISTA "INCLUITE EN EL ARTE": 


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23/9/15

VERÒNICA D'AGOSTINO ARTE TERAPIA y MANDALAS 23/2015





Entrevista sobre Arte Terapia, Mandalas y arte para personas con baja visión que me realizó Mariel Albó para el programa Incluite en el Arte en la radio de la Biblioteca del Congreso de la Nación. 



Muchas gracias !!!



4/4/15

"Flor de la vida en rosa"

Autora: Verónica D'Agostino

Acrílico sobre madera en bastidor - 25 x 25 cm

Año 2015