Básicamente la gnosis comienza en la estructura del cubo. En consecuencia, la geometría sagrada de la red contiene los patrones de energía de la flor de la vida, la matriz cristalina de la creación. La flor de la vida es el código o matriz holográfica que el espíritu universal diseñó para poder crear y manifestar todo lo que existe en el universo. Este código es el patrón original a través del cual la vertiente divina crea, expande y desarrolla absolutamente toda manifestación de vida.
Todo lo que existe, todo lo que es, nació y nacerá a partir de esta matriz
divina.
Este holograma representa una secuencia geométrica esférica (unidad),
conformada por infinitas esferas que se contienen y se entrelazan unas con
otras dando forma a la “flor de la vida”.
A su vez la flor de la vida está constituida por infinitos códigos de color,
sonido y formas geométricas con los cuales se diseña y expresa cada átomo de
vida.
Cada célula de nuestro ser contiene total información de la perfecta salud, por
lo tanto en cada ser habita la memoria universal de la armonía y plenitud capaz
de revertir y transmutar todo proceso de enfermedad envejecimiento y desbalance
vibracional con la simple intención amorosa y de conexión al patrón original.
A pesar de que esta información parezca nueva y sorprendente es muy antigua.
Los egipcios, Atlantes, Escenios, Mayas, conocían perfectamente este holograma
y lo utilizaban para sanar y restaurar cualquier parte desarmonizada, empleando
la intención, pensamiento, adecuada, restableciendo el orden, el
rejuvenecimiento y la perfecta saluden sus cuerpos físicos y etéricos.
Actualmente la aplicación de técnicas de sanación holográfica se ha
desarrollado en todo el planeta de una forma conmovedora y continua en
expansión. No es coincidencia que la memoria del poder de este símbolo sea
devuelta al planeta en estos momentos. Entender la información es vital para
cada uno de ustedes.
Es para ser visualizada en sus meditaciones y trabajada en todas las maneras
que su guía interna les indique.
No puedo dejar de enfatizar la importancia de este símbolo
Están recordando los secretos una vez más.
Ustedes son la flor de la vida.
Viajando por estas matrices, contemplando desde el microcosmos al macrocosmos,
hologramas, fractales, espirales.
Nos recuerda la frase de Hermes: así como es arriba, es abajo, para hacer el
milagro de una sola cosa.
Las matrices utilizadas en Tibet y en otros lugares
denominadas Mandalas, son denominados psicogramas, sus representaciones
figurativas constituyen proyecciones de contenidos espirituales, cuya clave hay
que conocer. Mediante elementos iconográficos empleando la imagen o instrumento
se invita al pensamiento del que medita a encontrar el camino de su yo interior
para realizarse en él. La invocación de la energía divina tiende a provocar con
esa misma energía que la despertarse en el que medita. El mandala proporciona
un medio para llegar a ese estado o quizá, ya que procede desde afuera hacia el
centro, es el medio por excelencia. El mandala representa las fuerzas cósmicas
actuando dentro un ámbito arquetípico, es una suerte de lenguaje celestial. Por
este motivo es utilizado para fijar la observación y elevación del estado de
conciencia, mediante representaciones visuales ligadas a experiencias
interiores. Son un sistema de estructuras geométricas ensambladas que crean un
conjunto de estímulos y representaciones de colores y formas que actúan en el
observador como concentrador y generador de energía brindando inspiración. Los
mandalas son un despertador hacia niveles de conciencia superior, puertas de
conexión con el mas allá. Descubrir sus códigos es encontrar las llaves que nos
reconectan con la luz superior que habita dentro, para comprender y
experimentar que formamos parte de una conciencia superior. El mandala trabaja
enviando estímulos sensoriales a la mente interna en forma similar a lo que hoy
se conoce como subliminal. El mensaje pasa a través de la visión hacia los
receptores del cerebro en donde se procesa y se obtiene una reacción, como
cambios de actitud positiva, recuperación de autoestima, liberación de miedos,
angustias, desbloquea emocionalmente y genera una gran cantidad de cambios
internos. Esta posibilidad que da el mandala, parte de que su estructura de
forma es correspondiente a la estructura de formas arquetípicas posibles que
adquiere el universo en constante cambio y evolución.
Son las infinitas posibilidades que tiene el caleidoscopio del universo.
Los mandalas dan una sensación de traslado o viaje multidimensional, preparan a
la mente para centrarla, expandirla, a nuevos conocimientos que parten de la
sabiduría infinita universal.
En nuevos niveles de conciencia sobrevienen nuevos niveles de reflexión y
energía.
No por mucho observar el mandala se tendrán mayores efectos.
Una vez que nuestra mente capta el estímulo visual se llevan a cabo los
procesos de cambio.
Volviendo a las siete formas principales que comentamos al principio vamos a desarrollar la geometría del círculo representante de la forma de Dios, la unidad y la totalidad. El círculo integra aquellas formas diferentes entre sí para interrelacionarlas en la unidad. El centro verdadero del círculo es un punto, pero el punto carece de dimensión y de lugar por lo tanto escapa a nuestra percepción y capacidad de manifestación. No pertenece a nuestro mundo, porque en nuestro mundo todo tiene extensión, dimensión, porque el mundo es forma, pero el punto pertenece a otra escala del ser. Existe más allá del mundo, Es metafísico en el sentido más literal. El punto simboliza la unidad, la totalidad, la perfección. El punto lo contiene todo, sólo que en potencia, no manifestado. De él nacen el círculo y la esfera que son las formas en las cuales se revela el punto. Lo que en este es todavía potencia metafísica cobra configuración formal en el círculo y la esfera
.
Todos los cuerpo Platónicos son distintos y en realidad constituyen la unidad
(la esfera).Uniendo los vértices internos de un icosaedro, trazando 3 líneas a
partir de cada uno de ellos con sus lados opuestos y luego desde los dos
vértices superiores trazamos cuatro líneas hacia los opuestos y hacemos
converger líneas en el centro formaremos las aristas de dodecaedro. Es una
generación que se da por sí misma mediante el cruce de los radios internos del
icosaedro. Del dodecaedro uniendo simplemente seis de sus puntas y el centro
formar un cubo. Utilizando las diagonales del cubo formamos el tetraedro
estrellado con el cubo nos dan los puntos exactos para formar un octaedro
inscripto en él. Luego, en el interior de octaedro volviendo a utilizar las
líneas formadas por los radios internos del icosaedro, junto con los puntos del
octaedro, aparece un segundo icosaedro. Hemos recorrido el ciclo completo
pasando por cinco etapas de semilla a semilla. Se trata, pues, de una
progresión infinita. Con esta geometría en el dibujo de 13 esferas de la flor
de la vida logramos lo que se conoce como el cubo de Metatron, que contiene en
sí el germen invisible de toda realidad tangible. En su interior existe
condensada toda la información del universo. Cada una de las 13 esferas describe
pormenorizadamente cada aspecto de nuestra realidad, todo cuanto podemos
pensar, ver, sentir, hasta llegar a la estructura atómica actual. La geometría
sagrada nos hace comprender la unidad de la vida y encontrar el origen común de
sucesos diversos entre sí
Para llegar a la unidad tenemos que encontrar la integración.
Siempre hemos visto la dualidad como algo normal (blanco, negro, bueno, malo,
etc.), y por tal motivo no podemos integrar la parte femenina de nuestro
cerebro (lado derecho), donde se encuentra la unidad de la conciencia y el
espíritu.
A la par nuestra parte masculina (lado izquierdo), no cree en ello, así nos
hace ver la dualidad en todas partes.
La base para la integración de los hemisferios cerebrales está en la geometría
sagrada, ya que nuestro cerebro izquierdo parte masculina, no cree que existe
un espíritu único y que solamente él es el que mueve o dirige todas las cosas.
Cuando logramos convencer a esta parte del cerebro, se produce la integración y
se inicia el proceso en el que iremos de la polaridad a la unidad de
conciencia.
Al lograr la unidad de conciencia, que estaría representada por la esfera,
comenzaríamos a vivir la cuarta dimensión (tiempo-esfera).La cuarta dimensión
está matemáticamente constituida como una matriz radial. Una matriz radial es
un orden autoexistente de relaciones numéricas y armónicas, cuyas unidades y
proporciones son generados radialmente y de los cuales, en parte y en suma,
todas las unidades poseen una relación radial entre sí. Todos los matemáticos
tetradimensionales son radiales. Todas las matrices radiales son series de
números enteros. No hay números irracionales o quebrados, sino simples series
de fractales y relaciones, cuyo poder de magnificación exponencial es infinito.
A la totalidad de series radiales de órdenes diametralmente opuestos y las
series de números de los cuales están compuestos nos referimos como una matriz,
el orden autogenerado subyacente del tiempo como la cuarta dimensión. Es por
eso que el tiempo(cuarta dimensión), no puede concebirse correctamente como
lineal, como tampoco puede decirse que tenga un punto de partida ni un punto
final. En estos momentos la red conciencia icosadodecaedrica está produciendo
el colapso del tiempo lineal de la tercera. Simultáneamente están fusionando la
nueva dimensión, la cuarta con la tercera. Por eso adviertes que algunos
momentos del día son un poco extraños
Esta red geométrica es muy notoria en nuestro cuerpo.
Puede ser que sientas síntomas que no tienen relación con una dolencia
orgánica.
Las señales van desde mareos, intensas ganas de dormir, o por el contrario
ningún deseo de hacerlo, dolores de cabeza que duran corto tiempo, etc.
Podemos decir que la cuarta dimensión ya es un nuevo planeta que está sobre la
tierra de tercera dimensión.
Sin embargo la disposición molecular es otra, por lo cual es invisible a
nuestro mundo material.
Algunos datos de conciencia de cuarta dimensión:
Los polos se reúnen casi hasta desaparecer.
No necesitamos del conflicto para crecer.
El amor y la luz comienzan a brillar cada vez más.
La primera consecuencia es la eliminación total del temor psicológico.
El pensamiento es creativo.
Crea instantáneamente lo que necesita en ese momento.
Perdemos casi toda densidad que nos acompaño en la dimensión actual.
La conciencia de cuarta dimensión es grupal.
El avance individual afecta positivamente al grupo.
En antropología a esta conciencia se la llama sinergia.
De la misma forma el avance del grupo es el avance individual.
La esfera, el tiempo, es unidad.
Volviendo a los geómetras nos queda el desarrollo de la espiral: otra de las
formas de lenguaje de la luz.
Todos los cuerpos geométricos señalados anteriormente se complementan con la
espiral.
La espiral es la figura geométrica que genera el corazón cuando ama.
Hoy por lo menos se generan dos espirales. Una que apunta hacia abajo, que es
la receptiva y otra la proyectiva que apunta hacia arriba.
La espiral femenina nos permite recibir información del cosmos.
La masculina proyecta nuestra energía para abarcar toda la vida allí donde se
encuentre.
La espiral une todos los cuerpos geométricos y los hace viajar en el espacio.
Por lo tanto cada sólido Platónico es una nave de conciencia.
Existen 2 espirales: la Aurea y la Fibonacci.
La Aurea es una espiral cósmica, como nuestra galaxia.
La espiral áurea no tiene principio ni fin, la de Fibonacci comienza en punto
determinado, es decir en nuestro corazón, y se une en el espacio con la áurea.
De esta manera, el amor es la inteligencia que conecta con la gran sabiduría
del universo.
También nuestro cuerpo sigue el desarrollo de la Fibonacci.
Los mantras (cantos), tienen interiormente la estructura de la espiral.
Por eso se necesita repetirlos, ya que con la repetición se va formando la
espiral en el espacio.
La espiral Fibonacci es utilizada por toda la naturaleza para crecer:
girasoles, caracoles, piñas de árboles, etc.
Otro ejemplo de la espiral Fibonacci lo representa la ubicación en el espacio
de las pirámides de Gizeh.
La espiral es la llave de acceso a lo que está en tu interior.
Tu ADN tiene forma de espiral.
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